domingo, 24 de julio de 2022

SEMANA ONCE

 APRENDER A DESCANSAR: SE TRABAJA PARA VIVIR NO SE VIVE PARA TRABAJAR.

 

ACTIVIDAD 8. En grupo

1. ¿Cuál es el significado de las siguientes frases?

  • El trabajo debe ser alternado con el descanso.
  • Así como trabajar es un deber, descansar es un derecho.
  • Así como hay que aprender a trabajar, a estudiar, a amar, hay que saber ejercer el descanso, la contemplación, la ganancia, el sabroso hacer nada, tenemos que encontrar tiempo para nosotros mismos.
  • La avidez por trabajar es a menudo avidez por tener demasiado dinero o por poseer cosas inútiles que son obstáculos para la tranquilidad y el buen vivir.
  • Pero hay que saber emplear bien los períodos de descanso como por ejemplo: meditar; contemplar la naturaleza; escuchar o ejecutar música; practicar un deporte; dialogar en familia.

 

2. ¿Qué haces en tu tiempo de descanso?

3. ¿Qué podrías hacer durante tu tiempo de ocio?

 

ACTIVIDAD 9. Individual

  1. HAZ UNA LISTA de las actividades que realizaste durante la última semana.
  2. ¿Cuáles fueron las más valiosas?
  3. ¿Cuáles fueron nocivas?
  4. ¿Cuáles fueron insignificantes?
  5. ¿Hay equilibrio entre tu descanso y tu trabajo como estudiante? ¿En qué debes mejorar?

 

ACTIVIDAD 10. Escribe en el cuaderno

En la próxima semana pienso dedicar más tiempo a:

 

ACTIVIDAD 11. Individual

Elabora un dibujo en una página sobre el tema. “Diversos trabajos y los servicios que se prestan

en la sociedad.”

 

TRABAJO Y DIGNIDAD HUMANA

ACTIVIDAD 12. Lee y escribe un comentario crítico frente a la situación de injusticia que se refleja en el texto para compartir a todo el grupo

 

El aire era corrompido y denso, y las paredes

goteaban, chorreantes de humedad.

El joven rey se adelantó hacia uno de los

tejedores y se detuvo ante él y le miró.

Y el tejedor le miró iracundo y dijo:

¿Por qué me vigilas? ¿Eres acaso un

espía colocado aquí por nuestro amo?

-¿Quién es tu amo? -preguntó el joven rey.

-¡Nuestro amo! -exclamó el tejedor con

amargura. Es un hombre como yo. Realmente

no hay más diferencia entre nosotros: que él

lleva ricos vestidos y yo llevo andrajos, y que

mientras yo padezco de hambre, él sufre, y no

poco, de hartura.

-El país es libre -dijo el joven rey-, y

tú no eres esclavo de nadie.

-En la guerra -contestó el tejedor-, el

fuerte esclaviza al pobre. Nosotros tenemos que trabajar

para vivir, y nos dan salarios tan reducidos que

nos morimos. Trabajamos durante todo el día

para ellos, y ellos amontonan oro en sus cofres,

y nuestros hijos desaparecen prematuramente, y

las caras de los que amamos se vuelven duras y

perversas. Pisamos la uva y otros beben el vino.

Sembramos el trigo y carecemos de pan en nuestra

propia mesa. Llevamos cadenas, aunque los

hombres nos llamen libres.

¿Y sucede así con todos? -preguntó el rey-.

-Sucede así con todos -respondió el

tejedor-: con el joven y con el viejo, con la

mujer y con el hombre, con el niñito y con los

que están cargados de años. Los comerciantes

nos oprimen y tenemos que acatar sus órdenes.

El sacerdote va montado a caballo rezando su

rosario, y nadie se ocupa de nosotros. Por nuestras

callejuelas sin sol se arrastra la Pobreza y con

sus ojos famélicos y el Pecado con su rostro

corrompido marcha tras ella. La Miseria nos

despierta en la mañana, y la vergüenza se sienta

con nosotros por la noche. Pero, ¿Qué te importa

a ti eso? Tú no eres de los nuestros, tu cara es demasiado feliz.

 

ÓSCAR WILDE

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